1- Comenzaremos desalando el bacalao para eliminar el exceso de sal que tiene y al gusto de cada uno. Para ello, lo ponemos a remojar en agua fría dentro de la nevera durante un día y medio antes que se vaya a consumir.Debemos cambiarle el agua mas o menos cada 8 horas. Para mi esto es quitarle ese sabor fuerte que tiene el bacalao, pero la receta original dice esto y lo mantengo aunque no lo comparto.
2- Cuando ya lo hayamos desalado, le quitamos las espinas y le secamos muy bien el agua que pueda tener.
3- Picar el ajo y el perejil. En una sartén, ponemos el aceite y los ajos y lo ponemos al fuego hasta que los ajos se comiencen a dorar. Cuando ya cojan color, retiramos la sartén del fuego y retiramos los ajos.
4- Cuando el aceite pierda un poco de temperatura, lo colocamos en una cazuela de barro que sea de un tamaño un pelín mas grande que la cantidad total del bacalao. Ponemos el bacalao (con la piel hacia abajo) y le damos calor a fuego lento.
5- A medida que nos va cogiendo calor