Primera operación : Se dispone la harina formando un pozo y se mete en éste la sal y el agua fría. Se amasa la pasta con la punta de los dedos, sin trabajarla y con gran rapidez. La pasta debe tener la misma consistencia que la mantequilla que vaya a utilizarse. Viértase el agua con prudencia para no ablandar excesivamente la pasta. Debe saberse exactamente el peso de la mantequilla que se empleará, por lo que se pesará la pasta teniendo en cuenta que la proporción de mantequilla debe ser igual a la mitad del peso de ésta.Segunda operación : Se deja la masa al fresco durante 15 minutos, aplanándola después con el puño. Colóquese en la mitad de la mantequilla y envuélvase ésta con la pasta, de modo que sus cuatro lados pasen por encima del trozo de mantequilla. Con el rodillo se estirará la pasta formando una larga tira que se adelgazará hasta que llegue a distinguirse la mantequilla.
Tercera operación : Se dobla en tres la tira de pasta ; uno de sus extremos se dobla sobre el centro y el otro pasa por encima del primero. Vuélvase a comenzar haciendo girar la pasta sobre sí misma lateralmente, de modo que quede en sentido inverso al de la primera vez. (Después de la primera vuelta, la pasta se asemeja a